Esta opinión humorística y a la vez crítica de la escuela, según Enrique San Francisco, llega a llamar nuestra atención cuando menciona que la escuela no es útil, y lo que hacen allí es volvernos locos para no desentonar con este mundo contradictorio, pero si profundizamos en su visión de la escuela, observaremos que tiene ciertos matices que son ciertos. Todos nosotros cuando éramos pequeños volvíamos a casa sin entender para que servía hacer el “potro” en la vida, o el “conjunto vacío”. Y ésa es la visión de un niño, una visión que con el tiempo cambia y que en mi opinión, todo lo que aprendemos es tan importante que sin esos conocimientos no comprenderíamos ni la mitad de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida. Para bien o para mal, todo lo que adquirimos hace que poco a poco se vaya constituyendo nuestra forma de ser. Por ello la función de un maestro es de las más importantes en la vida, porque de su trabajo hará que los niños alcancen o no ese “gusto” por el conocer y aprender cada día. Por todo ello, para evitar todo tipo de críticas, sean de humor o no, la tarea de nosotros como futuros maestros es la de enseñar el motivo y el origen de todo lo que vayamos a inculcar durante la etapa de la educación primaria, para que todos lo niños entiendan y comiencen a tener ese “gusto” por el conocer y aprender cada día. Debemos, por ello, tratar de que los niños no se vuelvan locos, como dice Enrique San Francisco, y comiencen a tener las ideas poco a poco claras para que no lleguen a pertenecer ni a participar en este mundo contradictorio.
Lo que realmente quiero decir, es que en el momento de enseñar a un alumno ciertos conceptos, un maestro debe enseñar: por qué debe él conocer esos contenidos, de dónde proceden y que función aplicable tienen en la vida. Es decir, tratar que el niño comprenda lo que está estudiando. Es posible que el niño lo aprenda y lo comprenda perfectamente y aún así no le guste lo que aprendió porque sea afín a otras materias, y es ahí donde quería decir, que lo que en algún momento ciertos temas no nos gustaban, cuando te haces mayor lo ves de otro modo y de otra forma y quizás ese "gusto" por esa materia que antes no tenías lo empieces a tener. Por ello, una de las funciones de un maestro es tratar de transmitir ese "gusto" por las materias.
Enrique san Francisco hace una crítica al colegio donde según su opinión la única función que tiene es volver a los niños “locos”, también da a entender que el colegio se encarga de formar a los niños para seguir viviendo de una forma contradictoria y pone el ejemplo de que ahora los niños salen del colegio corriendo como si no quisieran estar más allí dentro como si salieran endemoniados. Saca como conclusión que el colegio no vale para nada, pero quizás el problema esté en que a ciertas edades no nos damos cuenta de la importancia de lo que nos están enseñando por esta razón hay que saber transmitir a nuestros alumnos que todo conocimiento adquirido tendrá algún valor en un momento determinado de nuestra vida y esto a ciertas edades es difícil de transmitir, por eso hay que enseñar de una forma en la que tus propios alumnos aprendan diferentes conceptos “divirtiéndose” ya que los niños deben saber que al colegio se va a aprender pero que el aprender no es un castigo porque si así lo aprenden desde pequeños les marcara el resto de su vida y puede ser que en un futuro no quieran hacer frente a sus estudios.
Ceiia, dices que hay que saber transmitir que todo conocimiento adquirido tendrá algún valor en algún momento; esto, ¿se puede transmitir o hay que imponerlo coactivamente?
Esta opinión humorística y a la vez crítica de la escuela, según Enrique San Francisco, llega a llamar nuestra atención cuando menciona que la escuela no es útil, y lo que hacen allí es volvernos locos para no desentonar con este mundo contradictorio, pero si profundizamos en su visión de la escuela, observaremos que tiene ciertos matices que son ciertos. Todos nosotros cuando éramos pequeños volvíamos a casa sin entender para que servía hacer el “potro” en la vida, o el “conjunto vacío”. Y ésa es la visión de un niño, una visión que con el tiempo cambia y que en mi opinión, todo lo que aprendemos es tan importante que sin esos conocimientos no comprenderíamos ni la mitad de lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida. Para bien o para mal, todo lo que adquirimos hace que poco a poco se vaya constituyendo nuestra forma de ser. Por ello la función de un maestro es de las más importantes en la vida, porque de su trabajo hará que los niños alcancen o no ese “gusto” por el conocer y aprender cada día.
ResponderEliminarPor todo ello, para evitar todo tipo de críticas, sean de humor o no, la tarea de nosotros como futuros maestros es la de enseñar el motivo y el origen de todo lo que vayamos a inculcar durante la etapa de la educación primaria, para que todos lo niños entiendan y comiencen a tener ese “gusto” por el conocer y aprender cada día. Debemos, por ello, tratar de que los niños no se vuelvan locos, como dice Enrique San Francisco, y comiencen a tener las ideas poco a poco claras para que no lleguen a pertenecer ni a participar en este mundo contradictorio.
Dices que hay que enseñar el motivo y el origen de todo lo que enseñamos, pero ¿recurriendo al la idea de ya lo entenderás el día de mañana?
EliminarLo que realmente quiero decir, es que en el momento de enseñar a un alumno ciertos conceptos, un maestro debe enseñar: por qué debe él conocer esos contenidos, de dónde proceden y que función aplicable tienen en la vida. Es decir, tratar que el niño comprenda lo que está estudiando.
EliminarEs posible que el niño lo aprenda y lo comprenda perfectamente y aún así no le guste lo que aprendió porque sea afín a otras materias, y es ahí donde quería decir, que lo que en algún momento ciertos temas no nos gustaban, cuando te haces mayor lo ves de otro modo y de otra forma y quizás ese "gusto" por esa materia que antes no tenías lo empieces a tener.
Por ello, una de las funciones de un maestro es tratar de transmitir ese "gusto" por las materias.
Bien aclarado Celia. Gracias
EliminarEnrique san Francisco hace una crítica al colegio donde según su opinión la única función que tiene es volver a los niños “locos”, también da a entender que el colegio se encarga de formar a los niños para seguir viviendo de una forma contradictoria y pone el ejemplo de que ahora los niños salen del colegio corriendo como si no quisieran estar más allí dentro como si salieran endemoniados. Saca como conclusión que el colegio no vale para nada, pero quizás el problema esté en que a ciertas edades no nos damos cuenta de la importancia de lo que nos están enseñando por esta razón hay que saber transmitir a nuestros alumnos que todo conocimiento adquirido tendrá algún valor en un momento determinado de nuestra vida y esto a ciertas edades es difícil de transmitir, por eso hay que enseñar de una forma en la que tus propios alumnos aprendan diferentes conceptos “divirtiéndose” ya que los niños deben saber que al colegio se va a aprender pero que el aprender no es un castigo porque si así lo aprenden desde pequeños les marcara el resto de su vida y puede ser que en un futuro no quieran hacer frente a sus estudios.
ResponderEliminarCeiia, dices que hay que saber transmitir que todo conocimiento adquirido tendrá algún valor en algún momento; esto, ¿se puede transmitir o hay que imponerlo coactivamente?
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