Las asignaturas perdedoras en la LOMCE
El País- 03/10/12
La reforma educativa que ha empezado a tramitar el Gobierno pretende abrir
hueco en los apretados horarios escolares para tener más tiempo de Lengua,
Ciencias y Matemáticas, las materias instrumentales y básicas, lo que hará que
se resientan algunas de las otras. Aunque la verdadera redimensión no se verá
antes de que aparezcan los desarrollos de la nueva ley (los reales decretos que
establecen exactamente el número mínimo de horas que debe tener cada
asignatura), el anteproyecto ya adelanta el nombre de algunas perdedoras, como
Ciencias para el mundo contemporáneo o la modalidad entera de bachillerato de
Artes escénicas, que desaparecen, o las Tecnologías y la Plástica, que ven
reducido su espacio en la ESO, al menos como materias obligatorias. El
Ministerio de Educación asegura que al menos una parte de sus contenidos se
mantendrán en asignaturas optativas o en otras materias obligatorias, pero los
profesores y los impulsores de las áreas afectadas no creen que eso sea, ni de
lejos, suficiente.
También desparece del currículo cualquier rastro de Educación para la
Ciudadanía. Una materia que “ha creado una seria división en la sociedad y en
el mundo educativo”, sostuvo en el Congreso el ministro José Ignacio Wert el
pasado enero. Así, lo que muchos especialistas leen como una decisión puramente
ideológica conllevará la eliminación de la Ciudadanía de primaria, Etica y Ciudadanía
de cuarto de ESO y la desaparición del apellido de Ciudadanía a la Filosofía de
primero de bachiller.
Sí se mantiene en segundo de ESO con contenidos limados (se han quitado
todos aquellos que molestaban a los objetores a la materia encabezados por los
obispos) y bajo el nombre de Educación Cívica y Constitucional. La Ética (sin
ciudadanías) ya existía desde los años noventa en cuarto de ESO y la ley
impulsada por el PP en 2002 la mantuvo. Ahora, fuentes del ministerio explican
que sus contenidos se pueden repartir en otras materias, por ejemplo, en
Filosofía de bachillerato.
Algo parecido señalan con las Ciencias para el mundo
contemporáneo, obligatoria desde la ley de 2006, en primero de bachiller, y
también mencionan como posible destinatario de sus contenidos una futura
Filosofía que estaría llena hasta los topes. La federación católica de padres
de alumnos Concapa, mayoritaria en la escuela concertada, dijo la semana pasada
en una nota que esta asignatura puede llegar a ser “más dañina aún que
Educación para la Ciudadanía para la libertad de conciencia”, porque se ofrece
desde posiciones bioéticas “muy definidas”. El diputado del PP Eugenio Nasarre
habló en una tribuna publicada en La Razón de “asignaturas extravagantes”
refiriéndose a ella.
Otros expertos, sin embargo, defienden esta
asignatura nacida para intentar ofrecer una cultura científica mínima a todos
los alumnos, fueran de ciencias o de letras, algo fundamental para comprender
el mundo. Quitarla es un error, se queja la profesora de Didáctica de las
Ciencias Experimentales de la Universidad de Santiago María Pilar Jiménez
Aleixandre.
También en bachillerato, se pierden todas las
asignaturas específicas de la modalidad de Artes escénicas, que desaparece:
Análisis musical; Anatomía aplicada; Artes escénicas: Historia de la música y
de la danza; y Lenguaje y práctica musical. Los que quieran estudiar artes
escénicas después de los 16, en vez de al bachillerato tendrán que ir a la FP:
el Gobierno establecerá “las enseñanzas de formación profesional relacionadas
con las artes escénicas”, dice una de las disposiciones adicionales del
proyecto de ley.
Las modalidades de bachillerato serán Artes
(plásticas); Ciencias e ingeniería; Ciencias de la Salud; Humanidades y
Ciencias Sociales. De ellas, desparecen las materias de Diseño, Electrotecnia y
Tecnología Industrial.
En primaria se vuelve a Sociales y
Naturales, como en la ley de 1970
En primaria, el gran cambio curricular es que la
asignatura de Conocimiento del medio nacida con la ley de 1990 se vuelve a
desdoblar en Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales, como establecía la
norma anterior, de 1970 (la de la EGB). Se trata de reforzar las ciencias y
dotar de visibilidad e identidad propia a cada una de las materias, dicen en el
ministerio.
En la secundaria, las grandes perdedoras son
Plástica y, sobre todo, Tecnologías, que ahora se dan como obligatorias al
menos en dos cursos y que pasarán a darse solo en uno en primero. Mientras que
el ministerio asegura que se compensará que habrá asignaturas optativas que
compensen esa caída, los profesores del ramo ven imposible que no se pierdan
buena parte del tiempo que ahora se da: son un mínimo de 140 horas obligatorias
de Tecnologías y 105 horas de Plástica entre primero y tercero de ESO, que las
comunidades pueden aumentar.
“La Tecnología es una buena idea, muy mal
implementada [también nació con la ley de 1990], pero justo ahora, cuando por
fin estaba empezando a funcionar, se la cargan”, se queja el docente de la
asignatura en un instituto de Tarragona y autor del blog Xarxatic, Jordi Martí.
El profesor, que defiende con entusiasmo la necesidad de una “cultura
tecnológica”, calcula “desaparición de más del 80% de horas de la materia, algo
que obliga a recolocar a los miles de docentes de la especialidad”.
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